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“‘¡Qué sensación tan extraña! —pensó Alicia—. Siento como si me estuviera encogiendo’. Así era. Ahora solo medía unos 15 centímetros de alto”.
Todos recordamos las perturbadoras escenas descritas en la novela de Lewis Carrol y llevadas posteriormente a la gran pantalla y ese extraño y caótico mundo en el que se ve inmersa la protagonista no se encuentra tan distante de la realidad, ya que lo experimentan quienes padecen el síndrome de Alicia en el país de las maravillas.
Entonces, este síndrome debe su nombre a la obra homónima del escritor británico Lewis Carroll, en la que la joven Alicia ve cómo su tamaño cambia en varias ocasiones durante sus viajes por mundos mágicos. Fue el psiquiatra John Todd quien relacionó el cuadro clínico con el popular cuento y le otorgó el nombre que aún lleva en homenaje al autor y a su obra (AIWS, por sus siglas en inglés). Incluso, los científicos sospechan que Charles Lutwidge Dofgson, conocido mundialmente bajo el pseudónimo de Lewis Carroll y afectado por migrañas, pudo haber sufrido este síndrome, de forma que las extrañas vivencias de Alicia durante su viaje a través de la madriguera del conejo eran de sobra conocidas por su creador.
Pero, ¿en qué consiste el síndrome de Alicia en el país de las maravillas?
Se trata de un trastorno neurológico infrecuente pero alarmante, más común entre jóvenes y niños, en el que se encuentra:
- La alteración en la percepción visual y la imagen corporal. Los objetos y partes del cuerpo parecen cambiar bruscamente su apariencia, generando en el paciente una gran confusión y desorientación
- Que la persona afectada observa partes del cuerpo de tamaño erróneo, como la cabeza o manos desproporcionadas. Así, se pueden ver mucho más grandes (macropsia) o más pequeñas de lo que son en realidad (micropsia). Además el tamaño, distancia y forma de los objetos se presenta distorsionado. Incluso la percepción auditiva, táctil y espacial puede verse alterada.
- Que el individuo pierde el sentido del tiempo, que puede pasar, a su juicio, demasiado lento o rápido en exceso. Algunas personas experimentan fuertes alucinaciones, visualizan elementos que no están en el entorno y pueden mostrar impresiones equivocadas de ciertas situaciones.
**Quienes padecen este síndrome perciben alteraciones en la forma, tamaño y situación espacial de los objetos y las personas que los rodean, así como distorsión de la propia imagen corporal y del transcurso del tiempo. Según apuntan los estudios, son conscientes en todo momento de que se trata de una alucinación transitoria, pero es tan intensa que suelen llegar a dudar de la realidad o a tener que mirarse en el espejo para comprobar su talla. Cabe mencionar, que este síndrome también se ha asociado a otras ilusiones visuales como la palinopsia (imágenes múltiples), acromatopsia (no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras).
De esta forma, entre las cosas extrañas que suceden durante un episodio de este síndrome, se encuentran que
- Las partes de su cuerpo o las cosas a tu alrededor se ven más grandes, más pequeñas, más cercanas o más lejanas de lo que realmente son o están
- Las líneas rectas parecen onduladas
- Las cosas que están quietas parecen moverse
- Los objetos tridimensionales se ven planos
- Las cosas cambian de color o se inclinan hacia un lado
- Las caras de la gente se ven distorsionadas
- Los colores son más brillantes
- Las personas y los objetos se ven estirados
Específicamente, ¿qué características presenta el cuadro clínico?
Se trata de una afección de escasa prevalencia, en la que los niños constituyen la población especialmente susceptible. Generalmente el síndrome se presenta de forma parcial, ocurriendo únicamente algunas de las alteraciones descritas. Suele aparecen en forma de episodios breves y tiene carácter benigno (sus manifestaciones no son perjudiciales ni peligrosas, y pueden llegar a desvanecerse en un período de tiempo).
Ahora bien, a pesar de ser más frecuente en jóvenes y niños, se han descrito casos en que el cuadro ha permanecido en la edad adulta. No obstante los síntomas parecen mejorar significativamente propiciando un buen descanso nocturno.
Pero… ¿qué provoca este síndrome de Alicia en el país de las maravillas?
- Lo más probable es que sea causado por un cambio en una parte del cerebro, probablemente el lóbulo parietal, que procesa las percepciones del entorno.
- Se ha establecidorelación entre este trastorno neurológico y condiciones como la migraña* (con y sin aura) y la epilepsia. Algunos especialistas lo consideran un tipo de aura, una advertencia sensorial que precede a una migraña. Otros factores de riesgo lo constituyen la depresión, la esquizofrenia, las lesiones cerebrales** como tumores o aneurismas y las infecciones víricas tales como el Epstein Barr (mononucleosis aguda infecciosa, que se transmite por la saliva y sus síntomas incluyen fatiga, fiebre, sarpullido y glándulas inflamadas).
* La migraña con aura (también llamada migraña clásica) es un dolor de cabeza recurrente que aparece después o al mismo tiempo que los trastornos sensoriales llamados aura. Estas alteraciones pueden incluir destellos de luz, puntos ciegos y otros cambios en la visión u hormigueo en la mano o la cara.
**Aunque las pruebas diagnósticas aún no han permitido identificar ningún área del cerebro que se vea específicamente afectada, los resultados de los estudios realizados mediante tomografías computarizadas en pacientes durante su fase aguda revelan áreas de hipoperfusión (disminución del flujo de sangre que pasa por un órgano) en las proximidades del tracto visual y el córtex asociado, lo que podría dar explicación a las alucinaciones visuales de los pacientes.
- Ciertos fármacos (como el topiramato o la risperidona) y drogas (como el LSD, el éxtasis o la marihuana) también parecen estar relacionados con la aparición de este síndrome.
- La clave parece encontrarse en ciertas alteraciones producidas en la actividad eléctrica del cerebro. Este hecho origina un cambio en el flujo sanguíneo cerebral que hace que las señales enviadas desde el cerebro a los ojos se perturben, dando lugar a alucinaciones, desorientación y una percepción alterada.
Ahora bien, ¿qué se recomienda para tratar este síndrome?
En cualquier caso, y a pesar de que los síntomas puedan desaparecer con el tiempo o a medida que se incrementa en edad, es muy necesario acudir a un profesional, pues resulta imprescindible realizar un buen diagnóstico diferencial con otro tipo de trastornos similares, para poder poner en marcha un tratamiento adecuado. Debido a sus múltiples posibles causas, la intervención terapéutica también es diferente en cada caso:
- Tiene tratamiento probado y eficaz cuando el origen es la migraña. En este caso se emplearían fármacos útiles en la prevención de la migraña como anticonvulsivos, antidepresivos, betabloqueantes y antagonistas del calcio.
- Sin embargo, los casos crónicos son bastante difíciles de abordar y se deben de llevar a cabo con el tiempo. En caso de que el cuadro estuviese causado por un proceso infeccioso la directriz principal sería tratar el mismo. No obstante, otras recomendaciones como llevar a cabo un descanso adecuado o formar parte de un grupo de apoyo también puede ser de utilidad.
Para concluir, el síndrome de Alicia en el país de las maravillas sigue siendo un fenómeno complejo del cual queda mucho por saber. La investigación científica es escasa y difícil de encontrar, aunque el trastorno está lentamente atrayendo la atención de la comunidad científica. Además, quienes se han dado cuenta de que eso que les pasa tiene un nombre, que no se están volviendo locos y que no son los únicos que lo han sentido, también están haciendo su parte, compartiendo sus historias en redes sociales.
Su esperanza es que así se irán acumulando valiosos testimonios que quizás le sirvan a los investigadores para que exploren hasta que la naturaleza del síndrome de Alicia en el país de las maravillas… deje de ser un misterio.
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