Y TÚ…¿DUERMES CON TU HIJO(A)?

RECOMENDACIONES DE LA DOCTORA DESCANSO

Se denomina colecho a la práctica que promueve que los niños duerman ya sea en la misma cama que sus padres o en camas ubicadas de manera contigua o en una cuna unida a la cama matrimonial.

El colecho es habitual en muchos países. La edad hasta la cual se practica puede extenderse hasta los 10 años del menor, aunque no existe un límite específico. En ocasiones, el colecho es practicado por uno de los progenitores (por ejemplo, la madre duerme en la misma cama que el hijo, mientras que el padre duerme en una cama diferente).

En sus orígenes el colecho estaba vinculado a la falta de espacio y a la necesidad de lograr que el niño permanezca caliente en horas de la noche. Actualmente la decisión de apelar al colecho muchas veces se enmarca en la llamada crianza con apego, que busca forjar un vínculo emocional estrecho entre padres e hijos para que los niños logren crecer con seguridad e independencia.

De acuerdo a los defensores del colecho, esta tendencia favorece la lactancia; reduce el riesgo de muerte súbita y de hipoglucemia; minimiza la duración y la frecuencia del llanto del niño; y refuerza el vínculo afectivo entre los progenitores y los bebés.

Mientras que quienes no apoyan el colecho, sostienen que esta práctica aumenta el riesgo de asfixia para el bebé; que hace que los hijos se vuelvan más dependientes y tengan problemas para socializar; provoca trastornos en el descanso de los adultos; y afecta la vida en pareja.

Pero ¿con qué dificultades se encuentran los padres al hacer colecho con sus hijos?

  • Uno de los posibles problemas es que uno de los progenitores no esté de acuerdo porque le es incómodo, no lo apruebe, o porque tenga algún inconveniente con que el niño duerma en la misma cama.
  • Una de las principales preocupaciones de los padres a la hora de practicar el colecho es que pueda afectar a su vida como pareja, a su intimidad. No obstante, siempre se pueden buscar alternativas para mantener viva la relación de pareja sin necesidad de dejar de dormir con el bebé, si es lo que les hace felices a todos. Eso sí, siempre que el colecho se practique con seguridad.
  • Otro es cuando se tienen dos niños de edades diferentes, lo cual puede solucionarse si se cambia el tamaño del colchón por uno más grande o si se adjunta una cama extra en la habitación. Pues de ninguna manera se recomienda que un hermano duerma al lado de un bebé porque entonces el pequeño tiene mayor riesgo de muerte súbita. 
  • Que los padres no tengan la información y estén poniendo en riesgo al bebé de alguna manera: que haya mucha ropa de cama, que haga demasiado calor, que haya recovecos donde el bebé pueda quedar atrapado, etc. Lo que es algo muy serio.
  • Ahora bien, otra dificultad o más bien motivo que puede tener en contra el colecho es practicarlo sin quererlo practicar, que es el mismo problema que no practicarlo queriéndolo practicar.

Ahora bien, explicando más a fondo este último punto, hay gente que hace colecho después de haber empezado durmiendo al niño en su cuna o en otro cuarto. A lo que lo denomina colecho reactivo que “es cuando se duerme con el bebé  o el niño como última opción”. El problema típico que hace que el colecho no funcione, es decir, que pese a dormir junto al bebé las noches no mejoren, ni duerma más ni mejor, ¡incluso a veces empeore! debido a que se ha intentado colechar cuando las noches se han complicado y de pura desesperación se ha metido al pequeño en la cama con la esperanza de dormir mejor.

Explicado más a fondo, es cuando se duerme con el bebé o el pequeño como última opción, después de varios despertares en la noche y después de haber tratado siempre de que duerma solo. Esta forma de colechará más que beneficios, no suele dar resultados, (o al menos no tan buenos) porque el bebé está alerta y desconfiado. Sospecha que cuando se descuide le volverán a dejar en su cuna y eso le provoca dormir inquieto, comprobado a  cada instante que siguen a su lado.

Ahora bien, este tipo de colecho no educativo, parece ser el más común, ya que suele ser tomarse como una  medida aparentemente “eficaz”  para los padres, ante la sensación de no poder más cuando su pequeño no logra dormirse tras muchos intentos, por lo que lo colocan en la cama con ellos, a veces como recurso para que concilie el sueño más fácil.

Este tipo de colecho la mayoría de las veces, no deseado, se intensifica a partir del segundo o tercer semestre de la vida del niño y puede tener efectos negativos en el niño. Cabe mencionar,  que no todos los niños reaccionan de la misma manera, ni todas las familias son iguales, y por lo mismo las posibles consecuencias del colecho reactivo son:

  • A diferencia del colecho tradicional, el colecho reactivo, suele generarse un tipo de apego inseguro, más dependiente, entre el bebé y sus padres.
  • Si el bebé o niño solamente se duerme cuando está en el mismo entorno, acunado en brazos y no soporta la idea de estar solo, muy probablemente replicará estos comportamientos durante el día. Es decir, querrá estar con sus padres o cuidadores todo el tiempo y no se mostrará interesado por lo que ocurre alrededor.
  • Alteraciones en la estructura del sueño: pues se ha encontrado que disminuye la fase de sueño REM del pequeño, aquella que le permite al niño fijar en la memoria lo que aprende durante el día, y en la que el cerebro retiene y procesa los aprendizajes diarios.
  • Se produce un  mayor número de microdespertares, y el sueño es de menor eficiencia, de menor calidad.

Por esta razón, si crees que es tu caso, la recomendación principal es consultar al pediatra o a un experto. De esta manera, dependiendo de las circunstancias, te entregarán ciertas pautas para romper con este ciclo y ayudar al pequeño a establecer hábitos saludables en su rutina de sueño.

Ahora bien, independientemente de si estás a favor o en contra del colecho, existen algunas situaciones donde no se recomienda practicarlo:

  • Si tú o tu pareja toman antidepresivos, hipnóticos, sedantes, determinados analgésicos o cualquier droga, no metas al bebé en la cama.
  • Si duermes en un sofá, ya que el niño puede quedarse atrapado en algún hueco y además es más fácil que haya una mayor flexión del cuello del bebé e interferir en su respiración.
  • Si ingieres alcohol, ya que  todos los estudios establecen una relación entre el colecho y la muerte súbita cuando la madre ha ingerido alcohol en las 24 horas previas a dormir con el bebé.
  • Si fumas, ya que se encuentra una asociación alta entre los casos de bebés fallecidos y el hecho de que la madre que practicó el colecho fumara durante el embarazo.
  • Si presentas cansancio extremo, y sabes que te va a ser difícil despertar en caso de que tu pequeño te necesite, en ese caso es mucho mejor que duerma en su cuna.
  • Si padeces obesidad, ya que en la mayoría de los casos quien padece obesidad presenta dificultad para despertar al dormir.
  • Si tienes fiebre o estás enfermo, pues es mucho más seguro no compartir cama por un posible contagio.
  • Si la habitación presenta una temperatura elevada y/o si la ropa de cama puede encapsular el aire que respira el bebé o el niño.

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Psic. Alicia D de P

Dra. Descanso ®

Que sueñes con los angelitos ®

FUENTE:

http://hayunbebeencasa.blogspot.com/2015/08/que-es-el-colecho-reactivo.html

https://elpais.com/elpais/2018/03/09/mamas_papas/1520595082_950922.html

http://apromap.com/wordpress/pdf_docs/importancia-sueno-bebe-papas.pdf