RECOMENDACIONES DE LA DOCTORA DESCANSO
Mis días (como los tuyos seguramente) siempre están llenos de actividades, son ocupados, con el tiempo justo. Cuando acabo algo que hacer debo avanzar a lo que sigue y muchas veces hago cosas al mismo tiempo. Respeto siempre la hora de dormir y sigo las sugerencias que doy para que mis hijos se duerman a tiempo y descansen bien. Siempre duermen bien, cierro la puerta de sus habitaciones y se quedan despiertos en total oscuridad, felices de poder descansar para iniciar con energía el siguiente día.
Pero hoy fue diferente porque arrullé a mi hija antes de dormir. Mi hijo mayor me veía como diciéndome que no era una buena idea, que ella ya era grande. Yo debía lavar los trastes de la cena, y acabar unos pendientes en la computadora y aun sabiendo que podía simplemente haberle dicho que no y dejarla en su cama para que durmiera solita como siempre… decidí acurrucarme con ella.
¿Por qué lo hice? Porque ella me lo pidió. No le he arrullado en años porque ya no es un bebé, pero me siento feliz de que me lo pidiera, porque volví a tenerla en mis brazos, pude sentir su respiración y ella pudo escuchar mis latidos. Sentí como su cuerpo se fue relajando y su respiración se hacía cada vez más suave, pude acercarme a oler el shampoo de su cabello y darle besitos y abrazarla.
Pero sobre todo pude sentir lo feliz que estaba ella cuando me preguntó si también podía acostarme en su cama y le dije que sí, viví su emoción de saber que mamá quería estar ahí un poco más sin irse a seguir sus actividades.
En ese momento pude recordar cuando ella un bebé y la cargaba al darle su biberón y se quedaba dormida en mis brazos; se calmaba tan fácil meciéndola. Hace años que no hago eso pero esta noche fue distinto, decidí tener un respiro con mi hija.
Pienso que no es imposible pero si muy complicado lograr estos momentos de conexión cuando tienes trabajo, pareja, hijos, mascotas y una casa que atender. Decidí bajar el ritmo de la noche que es cuando quiero apurarme más para poder descansar, para hacer un alto y relajarme con mi niña.
Decidí ignorar mis propios conocimientos y recomendaciones por una noche porque no sé en qué momento creció tanto y es importante hacerle saber que no importa la edad que tenga, su mamá siempre va a estar ahí cuando ella lo necesite, ya sea para resolver algún problema, escuchar sus preguntas, jugar, hacer la tarea o acompañarle a dormir.
Decidí apapacharla, acercarme más a ella, pues ella es tan independiente que difícilmente tengo momentos dónde intervenir.
Así que hoy acabé mis obligaciones después y me fui a dormir más tarde pero con el corazón lleno por haberme dado un tiempo muy especial con mi niña, como en muchos días no lo habíamos tenido.
Psic. Alicia D de P
Doctora Descanso ®
Que sueñes con los angelitos ®