PÉRDIDA O DUELO INFANTIL: CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A MANEJARLO

 

RECOMENDACIONES DE LA DOCTORA DESCANSO ®

 

Perder a un ser querido no es fácil. Por lo general, el tiempo después de la pérdida está repleto de confusión emocional, cambios y caos. Tanto para los adultos como para los niños, el duelo es un proceso importante que debe permitir aceptar que un ser querido se ha ido, lidiar con sentimientos difíciles y decir adiós.

No obstante, debo resaltar que cada duelo es único, por lo que no se puede hablar de generalidades en lo relativo a las emociones, la intensidad o la duración de la experiencia, ya que cada persona afronta de una manera particular su duelo. Tras la muerte de un ser querido, casi todo lo que pasa en un niño es normal y como tal, debe de tomarse. En cualquier caso, no es demasiado frecuente la tristeza o el abatimiento como en los adultos, sino que las manifestaciones del duelo suelen ser más bien cambios de conducta o de humor, alteraciones en la alimentación y en el sueño, y disminución del rendimiento escolar.

Ahora bien, el apoyo de un adulto comprensivo que guíe a un niño a través de este proceso, le ayudará a manejar la pérdida de la mejor manera posible. Descubre cómo ayudar a los niños a manejar el duelo:

  • Dí la verdad utilizando un lenguaje sencillo, directo y apropiado para la edad: Ocultar información puede hacer que sienta desconfianza y/o que se muestre reacio a recibir apoyo, pero tampoco se deben dar detalles que no son necesarios. Los niños, sobre todo cuando son muy pequeños, no entienden el concepto de no retorno. Por lo que hay que explicarles que si un ser querido ha muerto, nunca lo volverán a ver. Se pueden incluir explicaciones religiosas como que está en el cielo… pero hay que explicarles que el cielo es metafórico, no es un lugar al que nosotros podamos ir, porque puede ocurrir que algunos niños piensen que va a volver y eso les puede crear mucha confusión.
  • Expresa tus propias emociones buscando la mejor forma de hablar sobre sus sentimientos: un niño expresará sus sentimientos si ve que quien lo apoya y acompaña, también demuestra los suyos. Al modelar que estás triste y explicar esos sentimientos de una manera clara y constructiva, ayudarás al niño a comprender los suyos.
  • Escucha, consuela y responde a sus preguntas: mantente a su lado para ofrecerle abrazos o el consuelo que tanto necesita. Responde a sus preguntas o simplemente permanece junto a él/ella por unos minutos y hazle saber que todas las preguntas está bien hacerlas y responderlas con sinceridad.
  • Ayúdalo a expresar sus emociones: las emociones no siempre se expresan con palabras; dibujar, escribir, compartir historias y jugar a fingir también pueden ser maneras útiles para que un niño exprese lo que piensa y siente.
  • Ayúdalo a recordar a la persona: en los días y semanas siguientes, animarlo a hacer dibujos o anotar historias favoritas de sus seres queridos. No evites mencionar a la persona que murió o se fue. Recordar y compartir recuerdos felices ayuda a sanar el dolor y activar los sentimientos positivos.
  • Monitorea el uso de los medios: en el caso de que la muerte de tu ser querido involucrara una tragedia que ha llamado la atención del público, protégelo de las discusiones repetidas de los medios. Las repeticiones de una crisis por parte de los niños pequeños puede ser confusa, haciendo que crean que los eventos se repiten. Para los niños más grandes, la exposición excesiva puede ser abrumadora.
  • Enseña que la muerte y el dolor son parte de la vida: no evites hablar sobre la muerte en un esfuerzo por protegerlo de lo desagradable. El cambio de las estaciones o la muerte de una mascota familiar brindan las oportunidades de mostrar la muerte como parte natural de la vida. Los niños aceptarán y enfrentarán la muerte si los adultos lo permiten.
  • No tardes en hablar sobre la pérdida: retrasar esta conversación puede hacer más daño que bien. Si esperas, alguien más puede decirle a tu hijo o lo escuchará en una conversación.
  • Reconoce los miedos: Si el niño expresa miedo de ver el cuerpo o ir al funeral, no lo fuerces.
  • Recuerda y rememora a la persona que ha muerto o se ha ido, ya que esto es parte del proceso de curación: habla sobre la persona, usa su nombre y comparte lo que recuerdas, revisa álbumes de fotos, habla de cosas graciosas que hizo o dijo. Decir su nombre es una forma de darle permiso al niño para compartir sus sentimientos sobre la persona que ya no está presente.
  • Toma un descanso: los niños sufren en ciclos. Por ejemplo, pueden estar más inclinados a jugar y desviar su atención de la muerte cuando la muerte es reciente y los padres están llorando intensamente. Más que los adultos, los niños necesitan tiempo para descansar del dolor. Está bien tomarse un descanso. Divertirse o reírse no es irrespetuoso para la persona que murió; esta es una parte vital del duelo también.
  • Dale tiempo para sanar de la pérdida: el duelo en niños y en adultos es un proceso que ocurre con el tiempo. Asegúrate de mantener conversaciones continuas para ver cómo se siente. Sanar no significa olvidarse del ser querido. Significa recordar a la persona con amor y dejar que los recuerdos bonitos generen buenos sentimientos que nos respalden a medida que vayamos disfrutando la vida.
  • Acepta los sentimientos: es normal que un niño experimente una amplia gama de emociones al procesar la pérdida de un ser querido. Los sentimientos de ira, arrepentimiento e incluso alivio son todos naturales y apropiados en este proceso. Los niños a veces tienen pensamientos irracionales; pueden tener miedo de ir a la escuela o acampar por temor a que le suceda algo a otra persona mientras están ausentes. Al aceptar estas preocupaciones se logra desmitificar cualquier concepto erróneo o sentimiento de responsabilidad que puedan tener. Anímalo a expresar sus emociones, ya sea de manera verbal o no verbal.
  • Permite las ceremonias o rituales: plantar un árbol, encender una vela o coleccionar recuerdos son maneras de despedirse de un ser querido. Los niños, en su esfuerzo por vivir la pérdida, comienzan a usar la ceremonia, lo que les ayuda a comenzar a reconocer y expresar lo que sienten desde adentro hacia afuera. Si no quiere participar en este tipo de ceremonias o rituales no lo obligues.
  • Garantiza la estabilidad y retoma lo antes posible la normalidad de la actividad cotidiana: Pero nunca hay que tratar de fingir que no ha pasado nada, o que la pérdida o suceso no ha ocurrido. De aquí que resulte muy necesario mantener “la rutina” y “las normas” que existían antes del lamentable episodio, de forma que el niño no sienta que el mundo se desorganiza o se desestabiliza.
  • Ayúdalo a sentirse mejor: hazlo sentir cómodo, pero no te centres en sentimientos tristes. Después de unos minutos de hablar y escuchar, cambia a una actividad o tema que le ayude a sentirse un poco mejor. Jueguen, creen arte, cocinen o vayan a algún lugar, juntos.
  • Lee un libro apropiado para su edad sobre el duelo: lo que puede ayudarle a expresar sus sentimientos de tristeza.
  • Observa su comportamiento: los niños no siempre se comunican con palabras. Cuando hay una herida que no puedes ver, aparecen ciertos cambios de conducta. Así que debes saber observar, escuchar y prestar atención a aquellos que, de no resolverse, generarán más problemas de cara a la elaboración del dueloy al futuro:
  1. Problemas para dormir o Insomnio: puede deberse a miedos, nerviosismo, o simplemente al cambio de rutinas. Si el sueño del menor no se normaliza en un tiempo prudencial, es conveniente consultar con un especialista, ya que este tipo de trastorno influye negativamente en el desarrollo.
  2. Actitudes adolescentes de sobreprotección: actitudes de protección y preocupación que pueden mostrar especialmente los adolescentes en duelo hacia las personas que les rodean y los familiares supervivientes; se preocupan en exceso de cuidarles, de que estén bien, de que no se queden solos, renunciando para ello a sus planes y actividades sociales.
  3. Peleas
  4. Negación
  5. Cambios de humor
  6. Autoculpa
  7. Miedo exagerado y llamativo al abandono: incapacidad física de los pequeños para separarse de otros seres queridos, por miedo a que les suceda algo. Esto puede impedir el desarrollo de las actividades cotidianas o dificultarlas de manera exagerada. Cuando hablamos de miedo no nos referimos al miedo lógico que aparece tras la pérdida, sino a un miedo exagerado y llamativoque se englobaría dentro de la ansiedad de separación de los más pequeños: serían incapaces de ir a jugar, de mantenerse alejados de sus figuras de apego, mostrarían una gran incomodidad en el colegio, etc.
  8. Disminución de actividades tras la pérdida, es decir, que después de la muerte de un ser querido, pierda el interés por actividades de las que antes participaba y disfrutaba, por ejemplo: que si jugaba en un equipo de fútbol, deje de ir a los entrenamientos y a los partidos.
  9. Problemas académicos: La bajada de rendimiento académico y el fracaso escolar en los niños que han sufrido recientemente una pérdida es un signo que no debemos perder de vista.
  10. Incapacidad para recuperar las rutinas: que el niño o el adolescente no sea capaz de reintegrarse en las rutinas imprescindibles para su desarrollo. Si es incapaz de volver al colegio, de salir con sus amigos, de estudiar… esto repercute gravemente en el desarrollo de otras habilidades imprescindibles para la vida adulta.
  11. Regresión a los comportamientos de la primera infancia
  12. Quejas físicas como dolores de estómago o dolores de cabeza: Los síntomas físicos, dolores recurrentes o somatizaciones son una expresión del malestar emocional del niño. Estos síntomas físicos que expresan les suelen impedir el desarrollo normal de sus actividades. Con la manifestación de estos síntomas suelen evitar otras situaciones exigentes o que requieren de su participación.
  13. Falta de sentimientos

 

Es sumamente importante estar atento a estas señales de alerta. Es normal que un niño llore bastante, así que es normal que las emociones se expresen y repitan a lo largo del tiempo. Sin embargo, si un niño está totalmente inmovilizado durante un período prolongado de tiempo, sería conveniente obtener ayuda profesional.

 

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Psic. Alicia D de P

Dra. Descanso ®

Que sueñes con los angelitos®

 

Referencias

Corinne Schuman. Helping Kids Cope With Grief. Extraído desde: https://www.parents.com/kids/development/behavioral/helping-kids-cope-grief/

Duelo infantil: 7 signos de alerta en niños que no podemos perder de vista

http://psiqueduelo.com/duelo-ninos/

¿Qué es el duelo?

Candy Arrington. How to Help Your Child Grieve. Extraído desde: https://www.focusonthefamily.com/parenting/your-childs-emotions/how-to-help-your-child-grieve/how-to-help-your-child-grieve

The Dougy Center. How to help a grieving child. Extraído desde: https://www.dougy.org/grief-resources/how-to-help-a-grieving-child/

Kidshealth.org (2016). Helping Your Child Deal With Death. Extraído desde: https://kidshealth.org/en/parents/death.html